viernes, 3 de diciembre de 2021

EL ARTE ENTRE LA TRASCENDENCIA Y LA OBSOLESCENCIA

En la era de la transpolítica, lo transexual, la transestética,

todas nuestras máquinas deseantes se convierten en pequeñas máquinas

del espectáculo y luego en máquinas solitarias.

Jean Baudrillard. La Ilusión vital

Nos estamos acercando a la obsolescencia de lo humano. La alta tecnología, la inteligencia artificial y la realidad aumentada programan simulacros en donde las subjetividades e intersubjetividades no tienen importancia. Así mismo, las reivindicaciones por la trascendencia, la libertad y la emancipación, que antaño sirvieron a revoluciones, ahora comienzan a ser conceptos marginales porque implican complejidades que tienden a distorsionar la perfección que requiere el simulacro, debido a que busca reemplazar la realidad que impone el mundo natural y social por otra que esté libre de preocupaciones, siempre dispuesta a complacer y que sea manipulable a antojo.

Para ello, lo humano debe traducirse en información, en dato que pueda ser programado. Pero a pesar de este pesimismo, no debemos suponer, románticamente, que en el otro plato de la balanza está la cultura, actuando en favor de la humanidad, porque se construye y desarrolla a partir de las intersubjetividades. No olvidemos que la cultura repite, rechaza la diferencia y se fascina en lo uniforme, características fundamentales de la identidad, cuya función depende de que todo sea igual.

De esta manera, el simulacro y la cultura se asemejan en la medida que prefieren que todo suceda sin alteraciones. Pero al mismo tiempo se distancian por la búsqueda de perfección y de suplantación del primero y el aumento de incertidumbres de la segunda. En este contexto, el arte experimenta una multitud de roles que dependen de la lejanía o cercanía de lo económico, de aquello que ha reemplazado lo político y lo social.

Nos movemos en un mundo donde todo lo que existe solo como idea,

sueño, fantasía, utopía, será erradicado. No habrá ni tiempo siquiera para imaginar.

Los acontecimientos reales, ni siquiera tendrán tiempo para ocurrir.

Todo será precedido por su realización virtual.

Jean Baudrillard. La Ilusión vital 

En estas condiciones parece que la trascendencia de la que disfrutan las obras maestras, es difícilmente atribuible a las obras de arte actual. De hecho, el arte sufre una suerte de obsolescencia desde el punto de vista del surgimiento de obras paradigmáticas que puedan definir un período histórico, para transmutarse en un modus operandi cognitivo que presta servicio a muchos segmentos de la economía. En este sentido, el pensamiento artístico sigue operando con más ahínco, porque sigue alimentándose de los pensamientos crítico, contextual y paradójico, en la trasescena de las pretensiones del simulacro y la transformación que rechaza la cultura. Si antes el proceso artístico tenía como meta el arte y trascender por el beneficio de este, ahora lo artístico es una función cuya meta es mantenerse vigente dentro de los excesos de la novedad.

La obsolescencia del arte no es el síntoma de una habilidad perdida, es más bien la multiplicación de responsabilidades desconocidas. Por ello, se ha convertido en miembro activo de la realidad simulada, porque la alta tecnología ofrece, por primera vez en la historia de la humanidad, la oportunidad de “materializar” los excesos de la imaginación y ponerla al servicio de un usuario que asume el “control” para desplazar sus propias preocupaciones.

El tránsito del arte de la trascendencia a la obsolescencia, es el mismo recorrido que la humanidad se ha impuesto para convertirse en obsoleta, porque al reducirse la importancia del intercambio simbólico comienza la desaparición del sujeto. En el arte el espectador, del que se espera la experiencia estética, pasa a ser usuario de su propia precarización. Y en la cotidianidad la persona, que depende de las intersubjetividades, es usuaria de su comportamiento programado. En este sentido, con el desuso de lo simbólico, todo lo que diferencia a lo humano de lo no-humano se convierte en información programable que simula la vida y la convierte en entretenimiento.

 El sexo, el pensamiento y la muerte serán rediseñadas

como actividades recreativas.

Jean Baudrillard. La Ilusión vital

No obstante, no todo está perdido. El hecho de que el pensamiento artístico, en el que confluyen la crítica, el contexto y la paradoja, siga en vigencia prestando servicio a muchos contextos de la economía y que se haya liberado de su “única” meta, el arte, permite que este modus operandi cognitivo pueda diluirse entre las grietas y siga siendo germen de lo simbólico, potencializador de significados y, por tanto, soporte de lo humano.

Elkin Bolaño Vásquez

Coordinador educativo. Fundación BAT

¿Cómo adaptas tu potencial artístico a las nuevas exigencias de la era de la información?

miércoles, 3 de noviembre de 2021

CUERPO ESTIGMATIZADO

Por: Elkin Bolaño Vásquez

Coordinador educativo. Fundación BAT

Desde las primeras décadas del siglo XX las mujeres dedicadas a las artes y las letras expresan sus preocupaciones por la desigualdad de género. Pinturas, esculturas, fotografías, performance y video-arte abren el debate sobre el control, el castigo, la apariencia, la fragilidad, la trivialización, el lenguaje, los objetos, los comportamientos y los estándares sociales que imponen exigencias sobre la cotidianidad del cuerpo femenino.

Una preocupación persistente en el arte es la relación comportamiento-cuerpo. Históricamente al cuerpo femenino se ha constreñido a roles que limitan sus potencialidades. Es la disputa entre lo público y lo privado donde se impone el control y el castigo como una predestinación biológica de la que no puede escapar la mujer.

Las obras de las artistas Louise Bourgeois, Priscilla Monge y Anna Maria Maiolino invitan a trazar otras miradas sobre la estigmatización del cuerpo femenino y a que descubramos otras formas de entender esta dinámica tan importante en la actualidad.

Louise Bourgeois

Paris, Francia (1911-2010)

Es en el útero donde se sucede la verdadera magia. Desaparece toda prevalencia de género, no hay arriba o abajo, sólo una confluencia de fuerzas que bien pueden explicarse en la relación fluida de La casa vacía. Como membrana de protección, es el primer espacio que ocupa la vida y según lo que pasa afuera puede ser permeada por sentimientos de amor, seguridad, abandono, miedo, celos.

¿Qué sucede en La casa vacía? No existen los prejuicios de lo que deben ser la sexualidad, la identidad y la feminidad. Así se refiere a su obra Bourgeois:

El tema del dolor es el negocio en el que estoy. Darle significado y forma a la frustración y el sufrimiento. Lo que le sucede a mi cuerpo tiene que recibir un aspecto formal. Así que puedes decir que el dolor es el precio del formalismo.




The couple
 en su movimiento perpetuo en espiral que toma todo el caos de su alrededor para ordenarlo y fortalecer su interior. Cada individuo genera su propio vórtice y en su danza se confabulan para crear un tercer vórtice en el que la disputa y la confianza, la fragilidad y la fuerza desgarradora disminuyen sus temores por la pérdida del objeto de amor. The couple pende de un hilo, soporte invisible para el voyerista desprevenido, anclaje pasional para la desilusionada y enamorada nuevamente. Fabricadas en aluminio fundido, el material nos indica el equilibrio entre la liviandad y la resistencia al que aspira esta obra.

 

Priscilla Monge

San José, Costa Rica (1968)

Esta artista propone miradas de lo anverso, de lo oculto, de la perversidad tras el control, de la violencia que se justifica con el castigo. Trivializar la apariencia es ocultar, es desvirtuar su objetivo primordial que es mostrar. Para leer la realidad no tiene sentido separar la apariencia del trasfondo, pues son dos componentes que se complementan.

¿Por qué estigmatizar el cuerpo femenino por la menstruación? La obra Pantalones, realizada con toallas sanitarias, nos invita a pensar el tema. La compulsiva publicidad sobre este objeto de aseo personal exacerba la connotación de suciedad y malestar de este proceso biológico.

Dice Monge:


Me puse uno de estos pantalones durante mi período menstrual; el pantalón de impregnó de sangre y luego me fui al centro de San José y me dediqué a hacer vida normal. Me seducía la idea de salir a un lugar público y hacer visible algo que generalmente se disimula, se esconde como algo privado.

 

¿Es el maquillaje instrumento de la apariencia o del ocultamiento?

La video-acción Lección de maquillaje hace referencia al trasfondo violento que se disimula en los estereotipos de belleza debido a que la naturalidad del cuerpo ya no es suficiente. Priscila Monge propone que la cotidianidad, el ocultamiento y la apariencia deben potencializarse como elementos que pueden transformar los prejuicios alimentados por las tradiciones culturales.

¿De qué manera sientes que la vida diaria moldea tu cuerpo y tu comportamiento?

¿Te sientes conforme con ello o tienes alternativas para cambiar las exigencias a tu favor?

 https://vimeo.com/46064442

Anna Maria Maiolino

Scalea, Italia (1942)

Por el doble exilio de la Italia de Mussolini y de la dictadura militar brasileña, esta artista propone una revisión de lo que sucede en el cuerpo femenino cuando la política, la migración y el activismo llenan la cotidianidad. Eliminar los sentidos o reducir su capacidad de percibir supone constreñir el cuerpo, distanciarlo de lo que sucede afuera para evitar toda posibilidad de influencia y transformación.

Lo que sobra (foto-poema-acción) es un conjunto de tres fotografías que testimonian lo que una política del terror hace: distanciar al individuo de lo que sucede en su sociedad. Estos autorretratos hacen visible la condición de la mujer en el periodo en que dominó la Junta Militar en Brasil (1964-1985) ¿Acaso estas circunstancias hacen parte del pasado o aún tiene vigencia? Si consideramos que Maiolino presenta esta obra hace 45 años ¿Cuáles serían los cambios alcanzados por las luchas reivindicativas de la mujer?

 


lunes, 4 de octubre de 2021

EL FUEGO Y EL ARTE

 

La chispa es el origen de una causa pequeña

que produce un efecto grande.

Gaston Bachelard

El uso del fuego es el elemento que da origen a la primera noción de hogar. Desde entonces el ser humano alcanzó una alta complejidad en la organización social. Con los distintos usos del fuego se aumentó la confianza para la exploración del entorno, desarrollando habilidades para emprender búsquedas hacia lo desconocido, lo que desplegó el pensamiento simbólico y la construcción de conocimiento abstracto.

El fuego, al proveer protección y unión grupal alrededor de una fogata, permitió que el ser humano dejara de ser presa y se convirtiera en cazador, abriendo la puerta a un mayor consumo y conservación de carne. El Homo erectus, reconocido como el inventor de la cocina y la manufactura de herramientas, consolidó la organización social y el mejoramiento nutricional.

Paralelamente, se reporta la aparición de destrezas para la mimesis, involucrando procesos de coordinación grupal para la caza: espacios de ubicación, espera, ataque y la intencionalidad como factor determinante para la realización de tareas conjuntas, pero, sobre todo, asoman los rituales funerarios como un importante indicio del pensamiento abstracto y simbólico. El conocimiento abstracto se relaciona con los conceptos de muerte y pérdida, mientras que el simbólico supone los rituales, objetos y expresiones emocionales que se relacionan con tales conceptos.

Todos estos comportamientos se diversifican en otros tipos de rituales que quedaron ejemplificados en las pinturas rupestres. Una afirmación recurrente y ampliamente aceptada en la arqueología y la paleontología es que estas pinturas son registros de los procesos de caza, herramientas pedagógicas que servía para acordar estrategias. No obstante, por su ubicación en cuevas de difícil acceso, también se deben considerar otras funciones cercanas al plano simbólico y ritualista.

Se cree que el acceso a las cuevas donde se registraron las pinturas rupestres se debió a la luz producida por el fuego, en particular las fogatas que facilitaron la permanencia al interior de las cuevas por periodos de tiempo más largos y así llevar a cabo los acontecimientos rituales documentados por la arqueología y la paleontología. La luz emanada por las fogatas proyectaba sobras, formas sintéticas que llenaban de misterio el encuentro. La observación de formas etéreas e impalpables, pudo incidir en la invención de significados para estos fenómenos.

Por la vivencia de estos fenómenos es razonable considerar la aparición de sueños y la experimentación de alucinaciones. Y es que el Homo sapiens, reconocido por la introducción del comportamiento simbólico y los rituales funerarios, es posible que no notara diferencias entre los sueños (que surgen al dormir) y las alucinaciones que podían ser inducidas por la acumulación del humo al interior de las cuevas. Pero si pudo identificar una serie de realidades que estaban por fuera de su vivencia material, con la propiedad de aparecer y desaparecer intermitentemente, sin ninguna posibilidad de control. Esto supone, que la intención de realizar las pinturas rupestres, se debió al interés de poder capturar esas realidades etéreas y convertirlas en una realidad materializada (representación simbólica), para manipularla y controlarla.

El desarrollo de herramientas, la utilización del fuego y el surgimiento de hogares, son los tres elementos fundantes de lo que llamamos “cultura”, impulsando comportamientos convenientes para la organización y convivencia de los grupos. La idea de cultura y su posterior complejización, abonaron las características más sobresalientes de la civilización: La técnica, ampliada y diversificada en el conocimiento científico y la tecnología; la organización social, contenida en la estructura política y; el pensamiento simbólico, representado en el arte y la religión.

La valoración simbólica del fuego ha transitado desde la unión grupal, a la paradoja de la fantasía, desde donde se da luz, se calienta y se consume lo que aparece. Lo mismo sucede con esa voluntad que está en búsqueda de la transformación artística que consume materiales, ideas y conceptos, a la vez que ilumina con nuevos sentimientos y significados.

En estos momentos, el dominio del fuego es tan cotidiano que puede ser usado y desechado caprichosamente. Sin embargo, aunque abandonado como objeto de estudio por la ciencia, el fuego encuentra su remanso en los imaginarios del arte. El fuego, desde antaño, se mantuvo en un umbral de evocaciones que ha encontrado su mayor expresión en el pábilo inagotable del pensamiento artístico.

 ¿Cómo expresas el fuego de tu vida?

 Por: Elkin Bolaño Vásquez

Coordinador educativo. Fundación BAT


miércoles, 1 de septiembre de 2021

Conocimiento Empírico

Por: Elkin Bolaño Vásquez

Coordinador Educativo. Fundación BAT

Dentro de las diferentes actividades pedagógicas que ofrece la fundación BAT Colombia como apoyo para la diversificación y ampliación del conocimiento relacionado con el arte, entre los meses de mayo y agosto se llevó a cabo el curso en línea “Arte como poética de la vida” dividido en 4 módulos que se extienden durante 10 sesiones sincrónicas.

Módulo 1: Contextos y diagnósticos del arte, Derecho a la ciudad y Derecho al arte.

Módulo 2: Estética modal, Neuroartes y Cerebro visual.

Módulo 3: Estéticas decoloniales y Arte sin memoria.

Módulo 4: Desarrollo de un arte decolonial y Arte como poética de la vida.

Adicionalmente se realizaron encuentros de profundización con grupos de 5 participantes donde no reuníamos para analizar, desde distintas perspectivas, temáticas surgidas en las sesiones de los sábados.

Debido a que el conocimiento empírico depende de la voluntad de los interesados para aprender y ampliar su comprensión sobre los temas que les apasiona, a continuación, pongo a disposición los recursos didácticos del curso que aportan otros enfoques para acercarnos a los saberes que se desprenden del arte.

Sesión 1. Contextos y diagnósticos

Video explicativo del contenido y metodología

https://www.youtube.com/watch?v=c9YJN_SSKTg

Contextos y diagnósticos: Infraestructura cultural

Sesión 2. Ciudades rebeldes

https://www.youtube.com/watch?v=EuLrPFnAfQI

El problema del tamaño

https://www.emaze.com/@AOTQCQQOT/un-problema-de-tamao

Material de apoyo para ampliación de tema

David Harvey (2013). Ciudades Rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana. Madrid: Akal. Capítulo III (pp. 107-135) 

https://cronicon.net/paginas/Documentos/CIUDADES_REBELDES.pdf

Película: Ciudad de Dios

https://www.youtube.com/watch?v=RJ0dO-zOXuI

Podcast CTM RADIO- El derecho a la ciudad

https://www.youtube.com/watch?v=wV062CjXy1U


Sesión 3 - Derecho al arte

https://www.emaze.com/@AOQROLRCF/derecho-al-arte

Material de apoyo para ampliación de tema

¿Qué pintan los derechos?

youtube.com/watch?v=tIQiHqSKRzU

El arte trasciende. Avelina Lesper

https://www.youtube.com/watch?v=XYJHSjqzG2Y

La Burbuja del arte contemporáneo

https://www.youtube.com/watch?v=JZCXp_s8FeY

Película: Fahrenheit 451

https://pelisplushd.net/pelicula/fahrenheit-451-1966

Sesión 4: Estética modal

https://view.genial.ly/60d6ab6c72a23a0cfdb1d7f9/presentation-presentacion-historica

Película: El Soborno del cielo

https://pelisplushd.net/pelicula/el-soborno-del-cielo

Artículo: El arte contemporáneo y su imposibilidad para conectarse con las realidades sociales.

https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/estart/article/view/18108/16941?fbclid=IwAR2VsOFw8JePAoLDxFIYEExYJN2q8tbHwJaZvbCiy6dhfaEvkxnkubROPHI

Sesión 5: Neuroartes

https://www.youtube.com/watch?v=CBR1pZcWTCo

 Sesión 6: Cerebro visual

https://www.youtube.com/watch?v=QZkpb-Lr-_s

 Sesión 7: Estéticas decoloniales

https://www.youtube.com/watch?v=To6Od-D2IF0

 Sesión 8: Arte sin memoria

https://www.youtube.com/watch?v=_uOUeOVYeLU

 Sesión 9: Huellas de un arte decolonial

https://www.youtube.com/watch?v=uzXpBRBPkd4


jueves, 5 de agosto de 2021

¿CREATIVIDAD E INNOVACIÓN COMUNITARIA?

Por: Elkin Bolaño Vásquez

Coordinador Educativo. Fundación BAT

    La perplejidad en la era de conocimiento estriba en el incremento exponencial de información acompañada de precarios procesos cognitivos que la articule transversalmente, entendiendo que el conocimiento no es la acumulación de datos, sino las relaciones semánticas que se pueden suscitar entre estos, generando diversificaciones y ampliaciones que requieren de información divergente para justificar las interpretaciones propuestas. Esto ha repercutido directamente en las posibilidades de la imaginación para jugar sin estar intimidada por la “eficiencia productiva” en su obsesión por el resultado inmediato.

    Por mucho que se insista en que la imaginación es la libertad de usar lo aleatorio como su matriz principal, en ella también debe reconocerse como fundamental su articulación y dependencia del contexto, de la materialización, de los modos de hacer y actuar, de prohibir y castigar, de intimar y burlarse, de relacionarnos con los otros y experimentarnos como diferente. En otras palabras, la imaginación sucede a pesar de, a propósito de y como respuesta a, aspectos sustanciales para el desarrollo de la vida humana, tanto individual como socialmente.

    Los procedimientos de avance y retroceso, de acumulación y síntesis, de repetición y cambio, de resultado e inconclusión que son propios del proceso artístico son similares a los protocolos de trabajo en un laboratorio, antesala de la cadena productiva y la línea de montaje. Esto supone que en la carrera por la productividad existe un largo trabajo no productivo que garantiza su alta reputación, y que se apoya en la exploración imaginativa y creativa porque no se enmarcan en la eficiencia, sino que ofrece distintas posibilidades que podrán materializarse según los intereses de cada momento.

    La lucha entre las expectativas del mercado y los procesos educativos, culturales y artísticos se hace palpable cuando se consideran los discursos eufemísticos como la única iniciativa de juzgamiento según el juego de la posverdad. Esto quiere decir que después de establecerse los criterios para instituir la verdad, la posverdad convierte las tergiversaciones en modelos para crear eufemismos que parecen axiomas, pero sin evidencias de su justificación. La posverdad, es la imposición de sistemas semánticos que hacen que determinados significados, aunque no tienen nada que ver con la verdad, sean más prioritarios e influyentes que otros. Es esta imposición la que justifica la necesidad de una teoría decolonial, que es aquella que intenta reivindicar los procesos de desarrollo de conocimiento que están por fuera del método científico, tipificados como “saberes”, que generalmente son de carácter comunitario y que, geográficamente, surgen en sociedades que están por fuera del eje euro-estadounidense.

    Por ello, la importancia de preguntarnos si es posible la creatividad y la innovación comunitaria. Si intentamos responder desde las posibilidades de la tecnología, la balanza se inclina hacia un no, porque la vanguardia tecnológica pertenece a pocos países y dentro de ellos a determinados segmentos de la población. Pero si intentamos responder desde las necesidades sociales nos inclinamos por un sí, porque los objetivos de ambas actividades suponen las soluciones de problemas, aunque aclarando que para la primera opción los problemas son supuestos y para la segunda son vividos o incluso sufridos.

    Tal vez lo más destacado de la acción comunitaria es su interés por lo común, facilitando, no sin tropiezos, la convivencia. Así la creatividad y la innovación comunitarias son posibles según la importancia que se atribuya al diálogo y al acuerdo. Sin embargo, esta búsqueda de lo común necesita contribuciones externas, para que no se agoten dentro de sus propias perspectivas. En este sentido, la cultura digital es una herramienta vital si se aspira a la construcción de conocimientos que pongan en equilibrio las tradiciones con sus alternativas de adaptación y proyección. Equilibrio que se puede impulsar con las metodologías de la experiencia estética y los procesos artísticos porque hacen una transición reflexiva sobre lo foráneo.

    La respuesta evidente, pero difícil de implementar, es que la creatividad e innovación comunitaria en la era del conocimiento, solo sería posible si se refuerza el aprendizaje artístico en las aulas de clase, tomando distancia y siendo conscientes de la influencia de las formas de reproducción de la colonialidad del saber. Las artes, aunque poco reconocidas como importantes en el desarrollo humano por los supuestos del mercado, mantienen su lucha incesante y han logrado permear algunas de la iniciativas globales propuestas por la UNESCO en relación con la educación artística que, como proceso de largo aliento e indispensable para el desarrollo de la imaginación, la creatividad y la innovación, debe incluirse en todos los niveles de educación como opciones inter y trans- disciplinares con el mismo grado de importancia de las STEM.

¿Conoces algún proceso de CREATIVIDAD E INNOVACIÓN COMUNITARIA que se relacione con un proyecto artístico?


lunes, 12 de julio de 2021

ESTETIZACIÓN, MISERIA COGNITIVA Y ESTANDARIZACIÓN

 

Por: Elkin Bolaño Vásquez

Coordinador Educativo. Fundación BAT

El derroche de estrategias de la mercadotecnia para la estetización de la vida, entendida como la imposición de la apariencia como requisito de una vida satisfecha, es una versión contraria de los efectos emocionales que surgen del contacto con experiencias y procesos artísticos. El monopolio que ha creado el mercado entre la economía, la política y tecnología para poner las emociones básicas al servicio del consumo repercute en la configuración y reforzamiento de una miseria cognitiva, que se diversifica con la renovación permanente de artefactos y servicios estandarizados, termina por reducir las posibilidades de encontrar riqueza semántica en las valoraciones de la novedad. En este sentido, estetización, miseria cognitiva y estandarización son medios que reducen en la mayoría de las personas, las posibilidades de desarrollar las capacidades que se requieren para ser sujeto activo de la era del conocimiento: la imaginación, la creatividad y la innovación.

La versión capitalista de la economía creativa, que en su propia enunciación se presenta distópica, promulga “inversiones de riesgo” intangible. Sus apuestas son especulativas porque no pasan de ser maniobras semejantes a las de la bolsa. No obstante, la intangibilidad del conocimiento, la imaginación y la creatividad no gozan del mismo valor. En este sentido, podemos afirmar que la sociedad del siglo XXI basa todo su dinamismo en la libertad de transmutación que tiene lo intangible sólo si este puede ser monetizable porque, a fin de cuentas, la intangibilidad es valorada como resultado comercializable y no como un proceso que es el cimiento que la sustenta, pero que se escapa de lo cuantificable.

Otro espejismo cegador es la creencia según la cual la creatividad y la innovación tienen como meta el futuro. El presente se difumina y el pasado se entiende como un lastre que hay que eliminar. Pese a ello, es la comparación entre el futuro como posibilidad, el presente como condición y el pasado como germen, que aquellas dos desarrollan su potencial. El propósito ya no se reduce a la transformación del mundo, sino a la creación de otros. Es claro que la noción de temporalidad en la imaginación y la creatividad es radicalmente opuesta a la que impone el mercado a través de la estetización, la miseria cognitiva y la estandarización. Y es en esta opción alternativa de la vivencia del tiempo donde surge la transformación de la compresión, el comportamiento y la creación de otras realidades. Así, la imaginación y la creatividad convierten sus versiones subjetivas de vivencia espacial, en lo que entendemos como sociedad, cultura y territorio. Pero si bien, estos espacios suponen formas de materialización y reproducción, recordemos el potencial de la intangibilidad en su versión procesual, que hace del espacio imaginativo (virtual y ficcional) un recurso transformador que no está limitado por fronteras, leyes o idiomas.

En la era del conocimiento los dogmatismos pierden cada vez más influencia. No hay valores universales que puedan dar respuesta a problemáticas particulares. Por ello la creatividad y la innovación se venden como fórmulas que, distintas de los dogmas, no necesitan de la ritualización y el sacrificio, sino sólo de dinero. Por consiguiente, parte de las paradojas del mundo contemporáneo es que la estetización, la miseria cognitiva y la estandarización se evalúan éticamente, proponiendo a las sociedades que aun confían en la humanidad de lo humano, fortalecer el pensamiento crítico, contextual y paradójico, lo que introduce una interrogante fundamental ¿son, en sí mismas, la creatividad y la innovación convenientes para la evolución de lo humano?

Si relacionamos la respuesta con el antagonismo innecesario entre el resultado y el proceso surgen dos opciones. Consideremos el “fracaso” como eje sustancial de este tema. Thomas Alva Edison responde de la siguiente manera a una pregunta suspicaz hecha por un periodista: "No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla." La pregunta surge de la orilla del resultado, mientras la respuesta se sustenta en el proceso, haciendo evidente la importancia del tiempo en la maduración de ideas que puedan convertirse en innovación. De hecho, para especificar aún más este tema, habría que entender que la creatividad es el proceso cognitivo que sustenta la innovación como resultado.  

Aceptar que la estetización, la miseria cognitiva y la estandarización son medios para la pauperización del desarrollo de lo humano, hace patente que el esfuerzo de reivindicación de la función social de las artes, no depende de un trabajo de investigación científica o teórico-práctica en las universidades, tampoco de implementar estrategias de comercialización de productos y servicios en las industrias culturales o de aumentar el prestigio de las instituciones y especialistas que las promueven, sino de transfigurar las emociones y los comportamientos impulsivos, que aprovecha el consumo, en emociones y comportamientos reflexivos y comprensivos que creen tensiones y diálogos para desarrollar procesos cognitivos profundos y transformadores.

Esta pretendida competencia entre la mercadotecnia y las artes es profundamente dispar, porque la primera con recursos casi infinitos de la publicidad, los medios de comunicación masivos, las redes sociales y la programación neurolingüística, domina la totalidad de las percepciones de las mayorías demográficas, mientras las artes con el cada vez más exiguo apoyo estatal y económico al sistema educativo y a la infraestructura artística y cultural representado en bibliotecas, museos, teatros y salas de concierto, sólo puede aspirar a retener su nicho de espectadores. En última instancia, parece que la pereza sináptica, que es consecuencia de las tres estrategias mencionadas, suma otra versión semántica en la disputa pobreza-riqueza, que ha impuesto el “libre mercado”.


jueves, 3 de junio de 2021

LA CULTURA DEL EXCESO

 Y EL EXCESO DEL ARTE

Por: Elkin Bolaño Vásquez

Coordinador educativo. Fundación BAT

El exceso es una violencia sutil, acumulativa y contagiosa que no se percibe como destructivo y que termina por ser alienante. Es producto de una sociedad que impulsa el individualismo y exacerba la acumulación como el más valioso de los placeres y lo instaura como el requisito fundamental de la felicidad. Se vende como una característica inmanente del ser humano, porque no lo priva de nada, solo lo satura en su búsqueda de hedonismo.

La cultura del exceso también es reconocible en la era actual por su infinita disponibilidad de datos que despoja al ser humano de su historia, de su memoria y de su narrativa porque lo estandariza y automatiza, acercándolo cada vez más, a un sistema que lo usa como engranaje de una máquina donde es fácilmente reemplazable. Para enfrentarse a ello, para crear conocimiento, se hace necesario el pensamiento crítico y contextual porque ayuda a transformar el pensar en reflexión.

Pensar es la utilización de datos sin preocuparse por la articulación que podría haber entre ellos, tal como se vive ahora. La reflexión, en cambio, es la creación de relaciones entre las informaciones que se presentan como independientes, produciendo un tipo de conocimiento que requiere ser compartido y que se alimenta de diversas perspectivas, llegando a ser incluyente y transformador, lo que termina por dejar huella en el proceso cognitivo de las personas.

Para mantenernos a flote en la cultura del exceso es conveniente mantener distancia de los sentimientos negativos porque se convierten en actitudes renegadas que cuestionan ese modo de vida. Tales sentimientos exigen un tipo de lenguaje que invoca a una reflexión que no resulta conveniente a la industria de la felicidad porque pretende deslegitimarla como parte sustancial del desarrollo de las potencialidades humanas, pregonando las emociones positivas como las únicas tendientes al éxito. El tiempo debe usarse para producir y consumir, es decir, actuar, no para reflexionar.

¿Qué se puede decir de una sonrisa fingida que es sostenida por largo tiempo? Que es más perjudicial que las alegrías y las tristezas honestas, porque requieren de poco tiempo y ayudan al equilibrio emocional. Por ello, como afirma Byun-Chul Han, lo que se quiere imponer es un “yo ideal que no es capaz de trabajar en el conflicto porque requiere demasiado esfuerzo”, esto explica porque es más fácil echar mano de medicamentos potencializadores.

El arte no es ajeno a esta dinámica y usa la versión facilista (o si se quiere medicada) de las vanguardias artísticas para sobrepasar el hedonismo hasta llegar al esnobismo. La crítica mexicana Avelina Lesper afirma que en la actualidad existe un exceso de artistas autoproclamados que desconocen el trabajo artístico, y que proclaman la apariencia como lo más excelso de la inteligencia humana. Esto ha hecho que el artista se convierta en un significante sin significado, en una forma sin contenido, en una imagen vacía, en una tendencia esnobista que pregona lo superfluo como valor de exclusividad y prestigio social.

Aclarando que hay otro tipo de arte que sí reconoce el trabajo artístico y que desde ahí aspira a la trascendencia, a franquear las fronteras de la historia, en aquella versión esnobista del arte contemporáneo, el espectador no está viviendo una experiencia estética, ha sido volcado, más bien, a verlo como un fraude porque la sublimación, como sentimiento elevado, es desconocido por los artistas del esnobismo, quienes son los que ocupan las instituciones artísticas de más prestigio, pero que no podrían, siquiera, sugerirla. De esta manera la intención de democratización del arte para enriquecer la vivencia estética como parte del desarrollo integral del ser humano, es boicoteada.

El exceso amenaza permanentemente con el fracaso, por ello el fraude del arte esnobista, cobijado por un prestigio sin contenido social, se asimila sin resistencia porque estandariza las emociones y obstaculiza el desarrollo de sentimientos y la posibilidad de identificarlo con perjudicial. Al ser el exceso un obstáculo para la atención, para la creación de conocimiento inclusivo y transformador, también se convierte en justificación para insistir en el pensamiento crítico y contextual como elemento fundamental en la articulación de las potencialidades humanas, con el que se aprende a observar detenidamente, a canalizar la atención hacia los detalles y profundizar en cualquier tipo de asunto, superando las barreras de la superficie.

No afirmo que el arte para los esnobistas sea estrictamente perjudicial para el desarrollo de las sociedades, lo que sostengo es que dicha tendencia no puede considerarse la manifestación más significativa de las artes, porque es una valoración vacía que aspirar a influenciar algunos pocos que se embelesan por lo superfluo. Existe un arte contemporáneo de un alto nivel artístico que aún defiende uno de los objetivos más deseados de las vanguardias artísticas: la democratización de la experiencia estética.

Aunque la cultura del exceso impulse el consumo de lo superfluo como un valor superior, cada vez se hace más palpable que los artistas que vibran con las exploraciones creativas, terminan por favorecer estrategias pedagógicas que hacen que el arte trascendente enriquezca la experiencia estética de las mayorías demográficas, permitiendo vivir la catarsis como una válvula de escape de la deshumanización social.

Películas para la sesión "Estéticas decoloniales"

Madeinusa

https://www.youtube.com/watch?v=Nbn3-vm3fxw

La teta asustada

https://www.youtube.com/watch?v=vomEQx79Rso