jueves, 14 de febrero de 2019

CAJA DE SABERES



Elkin Bolaño Vásquez
Fundación BAT
 En los distintos enfoques que se han presentado en este blog he insistido que para comprender ampliamente las circunstancias que permiten el desarrollo o la limitación del arte en una sociedad debe tenerse en cuenta, al menos, tres aspectos: el proceso artístico, la promoción cultural y la apreciación. Clasificación que permite conocer a cada una en sus particularidades, pero es más importante las múltiples relaciones que se dan entre ellos. Además, he propuesto esquemáticamente que el arte popular no tendría que ser identificado como un antagonista del arte consagrado y contemporáneo, sino que tiene la valiosa virtud de ser el punto de acceso a un puente que se puede extenderse hacia ellos. La mayor virtud del arte popular es que se muestra cercano y atractivo al público que es ajeno a exposiciones artísticas, que ofrece otros enfoques de las identidades regionales a los más informados y propone análisis contextuales y comparativos a los especialistas, es decir, el arte popular se configura en un impulso para desarrollar la conciencia estética necesaria para un país, que tiene convulsiones sociales, como el nuestro.
En esta misma perspectiva se reconoce la relación arte, artista y vida cotidiana como una red de dependencias que exigen a la voluntad artística sustraerse de los embates de la existencia para visualizar puntos de encuentro y desacuerdo que requieran de otras inflexiones de interpretación. Esfuerzo que no es suficiente y que no colma los requerimientos sociales sino no se apoya en aquellos que dibujan alternativas para que el arte penetre y toque el nervio más sensible del ser humano. Sin que suponga una idea romántica en la que el arte promocionado por instituciones y gestores culturales tiene una influencia directa e inmediata en sus espectadores, esta labor mancomunada abre perspectivas que para cada cual resultarían insospechadas y por tanto abre un mayor espectro de posibilidades para que distintos públicos descubran sus propias formas de apreciación. Otro tanto sucede con las relaciones artista-público, arte-público, instituciones-público, artista-comprador, arte-mercado, instituciones-premios (subvenciones), artista-academia, arte-academia, instituciones-academia, publico-mercado, publico-academia, academia-mercado.
Entre los tres aspectos iniciales y las relaciones que se derivan de los doce binomios mencionados anteriormente, se estructura un inabarcable desarrollo de conocimientos que aún no tienen la necesidad de explicar cuál es el valor social del arte o ahondar en la siguiente pregunta: ¿cuáles son sus funciones? Individualmente, a todas estas relaciones, no puede exigírseles que la respondan, pero para responderla se necesita de la comprensión de todas ellas. Explicar las funciones psicológicas, cognitivas, evolutivas, enunciativas, analíticas, sociales, políticas, económicas e históricas del arte, exige un ramillete de conocimientos que están dispersos en las distintas y cada vez más variadas ciencias. Esta sobredimensionada y poderosa caja de saberes, explica la imperiosa necesidad de las redes solidarias, de la infraestructura, de la didáctica y la creatividad, de la gestión, de la academia, de la vocación que requiere el arte para mostrar, a todos los que están por fuera de sus círculos, su importancia social.
¿Te has percatado de cuál es el sentimiento que más impulsa tu voluntad artística y en cuál se transforma para alcanzar la fluidez de horas y horas de trabajo? ¿Reconoces cuál es la idea más recurrente en tu mente, el sentimiento que se asocia a ella, de qué manera la transformas o por qué insistes en la misma perspectiva? Sí tu rutina te satisface ¿cómo se la expresas al mundo? En caso contrario ¿qué haces para transformarla? ¿Piensas en imágenes, en palabras, en sonidos, en colores, en planeación, en dinero, en conversaciones, en pedir ayuda cuando te enfrentas a una circunstancia nueva? ¿Cuándo te sientes atorado en aquella idea persistente, indomable y quejumbrosa prefieres meditarlo en espacios nuevos o diferentes, buscas distracciones, conversaciones, consejo? Si bien estas preguntas son comparables a una encuesta psicológica, son el tipo de cuestionamiento que permite visualizar la importancia del arte para el individuo y que es posible transpolar a la sociedad.
Si se reconoce que el arte es una caja de saberes que amplía su espacio para nuevas informaciones, relaciones y perspectivas interpretativas, entonces es oportuno insistir en que el arte popular es el acceso idóneo para formular y transitar por todos los puentes que se requieran extender para explicar su función social.
 
¿EN ALGUNA DE LAS PREGUNTAS EXPUESTAS RECONOCES LA POSIBILIDAD DE EXTENDER UN PUENTE, CUÁL Y POR QUÉ?
¡TUS APRECIACIONES SON IMPORTANTES PARA DESENMARAÑAR ESTA RED DE RELACIONES!