jueves, 5 de diciembre de 2019

SOLIDARIDADES ENTRE ARTE Y ARTESANÍA



Por: Elkin Bolaño Vasquez
Fundación BAT

Empeñada en la promoción de las habilidades de los artistas empíricos, la Fundación BAT Colombia ofrece para Expoartesanías 2019 un diálogo entre las potencialidades que tienen los materiales tradicionales de la artesanía para acercarse al arte y la intuición creativa que busca resultados cercanos a la estética contemporánea. Durante los 15 años de observación directa del arte popular en Colombia se reconoce el esfuerzo de trasformación de materiales que se imponen los artesanos y artistas para perfecciona sus resultados. Exigencia que se percibe, por un lado, en que los primeros busquen con más ahínco transitar el camino hacia el arte y, en la otra orilla, los segundos experimenten con mayor entusiasmo las tropiezos y fragilidades que caracterizan los materiales.

En ese mismo espíritu de diálogo se presentan trabajos de artistas de Colombia y Venezuela que las fundaciones BAT y Bigott han promocionado y con los cuales se representa la transición de la artesanía hacia el arte y la manifestación de lo tradicional en clave contemporánea. Los artistas apoyados por Biggot tienen dos elementos en común. En primer lugar, la representación de la religiosidad popular en su colorido y la propensión al encuentro masivo que la convierte una celebración que alimenta la solidaridad. Orar como se muestra en la serie de Ángeles de María Yolanda Medina, tener posición de sumisión tal como lo representa Cirilo Rodríguez con su obra La Chamicera, insistir en la representación de la Sagrada Familia como lo hace Uvi Díaz se convierten en preludio del trabajo de Palmira Correa cuando se detiene en la versión festiva de sacramentos como el matrimonio o la primera comunión.


El segundo elemento tiene que ver con el deseo de todos estos artistas de transformar los materiales que les ofrece su entorno cotidiano, en especial la madera y la tela.  El uso de estos materiales reafirma que la creatividad aplicada al arte va mucho más allá de la técnica, pues siempre se descubren nuevas formas de interpretar temas comunes. Así la religiosidad popular se convierte en una máquina de ideas que los artistas reconfiguran para crear nuevas propuestas.

En el caso de Colombia fueron convocados los siguientes artistas: Nohra González Reyes, identifica que su interés por la iconografía religiosa se origina en la huella que dejó el habitar todas sus vacaciones de infancia el almacén de artículos religiosos propiedad de una tía en Sogamoso. Los corazones que propone surgen de los nuevos significados y estados emocionales que se atribuyen a esté ícono. Flor Estela Sierra Gallo, talladora incansable que tiene marcada su historia en sus manos. Su voluntad la compara con la decisión de aquellos campesinos que se dirigen a las grandes ciudades con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida, pero que entre la nostalgia y el agotamiento por ofrecer su mejor esfuerzo no son reconocidos por la urbe que se beneficia de ellos.

María Fernanda Mantilla Silva, volca su aprendizaje universitario para descifrar el encanto de la estética popular que la rodea. Con sus miniaturas busca resaltar la importancia que tiene la economía informal como punto de encuentro de las comunidades. Laura Orjuela Restrepo, por la falta de medios y materiales sofisticados de su origen campesino se propuso enaltecer los colores y las texturas de las hojas propias de su región. Con este material creó un lenguaje de las hojas con el cual intenta contar su propia historia.

Carlos Egidio Moreno Perea, usa la pintura y la escultura para realizar su trabajo y en este se identifica que el potencial humano se circunscribe a la valoración de sus tradiciones, sus narrativas, sus celebraciones, su historia y los presenta con la estética que predomina en la actualidad. Daniel Carvajal Cadavid, debido a una experiencia religiosa que inundó su ser de la compasión de la Virgen decide empeñar sus esfuerzos y conocimientos en su fe y la iconografía católica. En su búsqueda se apropió de la estética de la religiosidad popular y de la versatilidad que la bisutería ofrece.

Cesar Augusto Ortiz, quien se esmera en perfeccionar su técnica de óleo sobre urdimbre, estimula con perspicacia y diversión ese impulso innato de voyerismo que nos hace buscar detrás de cada hilo de sus obras. Gloria Amparo Morales, perfeccionó su técnica al copiar las obras de los grandes maestros del claroscuro. Ahora se dedica a representar la vida tradicional de la costa del pacífico, donde la unión del cielo y mar nos ofrece pistas del infinito y del espíritu que se necesita para habitar ese espacio insondable.

Santiago Cifuentes Mejía, miniaturista virtuoso que combina su visión artística entre un taller de artesanías hechas en resina, el modelado en arcilla y el vaciado en bronce por encargo. Con su arte busca resaltar la cultura de su tierra y para ello busca el detalle identitario del mundo que lo rodea. Luis Nicolás Camargo Pérez, encuentra el soporte de sus obras en objetos de uso cotidiano que hacen parte de las tradiciones tierra. En sus Bateas representa las corralejas y las ruedas de porro que son emblemas distintivos de la costa caribe colombiana.