CONTEMPLACIÓN Y “TIEMPO REAL”
Elkin Bolaño Vásquez
Fundación BAT
Muchas son las palabras que intentan explicar la intrincada red de
relaciones, añoranzas y expectativas que colman los caminos entre el campo y la
ciudad. Muchas más son las metáforas que emergen de esta exposición que supo
ocupar cada espacio disponible porque el vacío huele a silencio. No es fácil
enfrentarse a una exposición con 155 obras, especialmente cuando cada una de
ellas se enmarca en ese movimiento obligado que ha vivido todo colombiano en el
transcurrir de un siglo. El desplazamiento, ese movimiento que va y viene, también
es un tema obligado para el Salón BAT de arte popular, pero interpretado a
partir de un “entre”.
Para esta sexta edición confiábamos en diluir las apologías y las desventuras que puedan contenerse en el tema lo popular entre lo rural y lo urbano, la conjugación que puedan tener esos espacios en el contexto del desplazamiento, pues prevalece la creencia según la cual se desarrollan por separado y con personalidades, incluso, contradictorias. Sin embargo, en ambos casos, el sol aparece después de que muchos han iniciado sus faenas laborales y la noche viene acompañada con luces multicolores que invitan a los espíritus a transformar sus deseos. Deseos “entre” el elogio y el fracaso, esfuerzos “entre” la nostalgia y las proyecciones es lo que salta a la vista al detenernos en los microcosmos que fundan cada una de estas obras, que abren ventanas a la contemplación porque nos trasladan al interior de sus relatos congelados en imágenes.
Para esta sexta edición confiábamos en diluir las apologías y las desventuras que puedan contenerse en el tema lo popular entre lo rural y lo urbano, la conjugación que puedan tener esos espacios en el contexto del desplazamiento, pues prevalece la creencia según la cual se desarrollan por separado y con personalidades, incluso, contradictorias. Sin embargo, en ambos casos, el sol aparece después de que muchos han iniciado sus faenas laborales y la noche viene acompañada con luces multicolores que invitan a los espíritus a transformar sus deseos. Deseos “entre” el elogio y el fracaso, esfuerzos “entre” la nostalgia y las proyecciones es lo que salta a la vista al detenernos en los microcosmos que fundan cada una de estas obras, que abren ventanas a la contemplación porque nos trasladan al interior de sus relatos congelados en imágenes.
Un tractor Singer es prudentemente escoltado por una madre indígena en bicicleta, mientras una pareja, amante de la tierra, cuida sus frutos. Una mesa, que ofrece de plato fuerte un diálogo por décadas esperado, se alza sobre las paradojas de este país dándole la espalda a lo que habría que observar de frente. Buscar acuerdos sobre suposiciones es una ilusión que nace de causas enmohecidas en cajones de escritorio. En estas circunstancias parece que todo está a la mano, pues todo se apila y se junta como si el espacio no fuera suficiente, pero si recordamos las cofradías nacidas en los barrios, antaño clandestinos, o en las veredas anónimas de un mapa, se entiende a cabalidad que la cercanía y lo tumultuoso no es tema espacial, sino la vivencia que equilibra la vida.
De igual manera, el Salón BAT busca hermandades y
solidaridades inesperadas entre pequeños grupos de obras que se ponderan entre
sí. La repetición es indicio de simetría y con ella se garantiza la armonía que
aspira a la belleza. Cajas en las que conviven libros, cajas en las que se resguardan
las familias que entremezclan sin esfuerzo el trabajo y la fiesta, evocan
formas de vida en las que la contemplación y el “tiempo real” se encuentran en
la misma habitación. No sólo se contemplan las montañas o el mar para que el
pensamiento se suspenda, el cerebro también siente la parsimonia frente a las
pantallas del “tiempo real”, pero no para el equilibrio de las funciones químicas
del cuerpo, como sucede con la primera, sino que, en el exceso de estimulación
de la experiencia digital, la mente prefiere apagarse para evitar el colapso.
De todo lo anterior y centenares de cosas más nos hablan muchos otros
grupos de obras desde los cuales se verifica la recurrencia y la necesidad de
observar lo que se hace y se deshace en la vida en común, donde el encuentro es
un factor determinante de la misma, pero muchas veces es al mismo tiempo la
causa del temor que más acosa. Esperamos
que esta sexta edición del Salón BAT estimule temas de conversación que se
meditan en la contemplación y al mismo tiempo impulse la interacción en “tiempo
real”.
Ayúdanos a identificar pequeños
grupos de obras donde la contemplación y “el tiempo real” se expresen simultáneamente.
buenas por favor quienes fueron los gandores de VI SALON BAT
ResponderBorrarSOY EL AUTOR DE LA OBRA PIEZAS CAMPESINAS JORGE LUIS PACHECO DE SUAN ATLANTICO. CORREO PERSONAL gordoj.p@hotmail.com Cel 3004813114
tendríamos que visualizar en tiempo real, las obras escogidas; para tener una visión clara. Si yo estoy en Santa Marta y el señor JORGE LUIS PACHECO está en El Suán Atlántico ninguno de los dos la ve en tiempo real.por estar en Bogotá. o esta mal formulada la pregunta. Se nota la poca participación de los artistas.
ResponderBorrarPrecisamente cada quien tendrá su posibilidad de contemplar y comentar en tiempo real cuando pueda visitar la exposición en alguna de las ciudades que hacen parte de la itinerancia nacional. Otra cosa es la participación de los artistas, pues son ustedes quienes deciden hasta donde llegan. Si confían que es sólo producir arte y no analizarlo para proponer otras interpretaciones, es una elección personal. Esta nueva etapa del Salón, su itinerancia, se alimentará de las distintas apreciaciones que puedan surgir entre las obras que contemplarán y las que individualmente producen.
ResponderBorrarAdemás Alfonso, creo es importante recordar que el Salón BAT es el único certamen artístico a nivel nacional que vista las distintas regiones del país para que se amplíe la interacción directa entre las obras y los artistas que no pueden venir a Bogotá.
Una gran calidad en las obras cada vez mejor este salón VI que sigan trabajando mas por esa propuestas populares,creo los salones deben ser con mas frecuencia.
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