viernes, 17 de agosto de 2018

ENTRE LO RURAL Y LO URBANO




Elkin Bolaño Vásquez
Fundación BAT




Después del arduo trabajo que ocupó el lapso de 14 día de análisis y deliberaciones de las 1647 obras inscritas el VI Salón BAT de arte popular, el jurado escogió 315 obras para ser exhibidas en las 7 exposiciones regionales que se realizarán entre agosto de 2018 y julio de 2019. El inicio de esta segunda etapa se hace en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, Fondo de Cultura Económica de México donde se exhiben 77 obras provenientes de Bogotá, Boyacá y Cundinamarca.
Dentro de los encargos sugeridos a los artistas para su proceso de creativo se propuso que tuvieran en cuenta las dinámicas que se generan entre lo rural y lo urbano. Se insiste en un requisito temático porque ha potencializado el quehacer artístico y porque define criterios más puntuales las cada vez más complejas y demoradas sesiones de trabajo con el jurado. Gracias a lo anterior, en la exposición regional de Bogotá se visualiza el compromiso de los artistas de direccionar sus habilidades hacia el tema. En este sentido, se observa que un alto porcentaje de los artistas no-profesionales ha volcado su trabajo desde el perfeccionamiento técnico, que involucra la repetición de una idea permanentemente, hasta el esfuerzo creativo que manifiesta connotaciones semánticas que superan su estatus artístico para hacer visibles elementos sociales que se escapan de la consciencia cotidiana.



Entre las 77 obras exhibidas aparecen 21 de ellas que representan las movilizaciones que se dan entre el campo y la ciudad, algunas de ellas relacionadas con procesos económicos, otras en las que la contemplación y la añoranza predominan, y otras más que implican conflictos sociales, familiares y emocionales que son de larga data. La divulgación continua del arte popular se ha transformado en una voz que relata sin miramientos y que puede ser escuchada a escala nacional.


Otro aspecto importante, que muchos artistas tuvieron en cuenta, es el homenaje que se hace al colectivo Tejedoras de Mampuján, el cual influyó en dos vertientes principales. En primera instancia como un acontecimiento histórico que refleja la tragedia del conflicto armado, desde donde los artistas representan situaciones similares y que, a través de su registro, estas obras aportan visiones alternas de la historia del país. En segunda instancia, está el enfoque de este colectivo de usar el arte como un medio de restauración el tejido social roto. Aquí la descripción de acontecimientos y la creatividad se funde para la optimización de procesos terapéuticos, demostrando que el arte es una capacidad inmanente a todo ser humano y que es fundamental para nutrir y equilibrar el espíritu.





Acorde con esto encontramos que las obras presentadas tienen una profunda conexión tanto con la temática propuesta como con el homenaje. Esto se visualiza al tener en cuenta las 19 obras que están dedicadas a los distintos roles de la mujer en el proceso histórico de la Colombia rural, llevándola a asumir facetas que no tenía en esta zona. Obligadas por el desplazamiento, por el deterioro de su vida cotidiana y por sus vivencias en la ciudad se convierten en pilares económicos de sus familias debido a su experiencia en labores hogareñas que les abren las puertas como empleadas domésticas y otros trabajos relacionados. Estas situaciones complejas las llevan a resignificar sus funciones sociales y especialmente aprenden sobre sus derechos y la necesidad de cambiar comportamientos culturales que las denigran. Los tabúes comienzan a desaparecer porque unen fuerzas para hablar de violaciones y de distintas formas de agresión de han sufrido por generaciones.  


Por su parte, las 13 obras dedicadas a los roles masculinos están enfocadas, generalmente, a su función productiva, muchas veces informal porque la experiencia agrícola, que es un trabajo casi exclusivo de los hombres, no es muy requerida, lo que los obliga a inventarse, en el vértigo de la ciudad, servicios callejeros. Si bien las obras referentes a las movilizaciones entre lo rural y lo urbano, a las mujeres y a los hombres se caracterizan, en su gran mayoría, por estar realizadas con técnicas y materiales tradicionales, hay 19 de ellas que podemos ubicarlas en el lenguaje del arte contemporáneo. Aun cuando en estas hay indicios explícitos de las historias que hay de fondo, llevan al espectador a tomar una pausa para descubrir que sus elementos y significados inducen al pensamiento reflexivo, convirtiéndose al mismo tiempo en un punto de entrada a otras manifestaciones artísticas.
Como proceso formativo hay que resaltar el equilibrio que se encuentra en esta exposición porque los artistas de Bogotá, Boyacá y Cundinamarca lograr, con sus múltiples interés y destrezas, presentarnos obras con trasfondos elaborados que nos ofrecen nuevas perspectivas para abordar las nuevas dinámicas que se presentan en nuestro país. Con esta exposición se refuerza la idea de que el arte popular es inclusivo porque se crea desde el pueblo para el pueblo.





¿CONSIDERAS QUE LAS OBRAS EXPUESTAS RESPONDEN A LA TEMÁTICA PROPUESTA?