Elkin Bolaño-Vásquez
Coordinador educativo. Fundación BAT
Cuando se pretende indagar sobre la semántica que pueden
contener las obras, no es suficiente identificar la temática, pues a fin de
cuentas ella no es más que uno de sus aspectos generales, además de que
probablemente también sea abordada por otros artistas. Por ello, la valía del
arte no depende del abordaje de determinados temas, sino de la manera que los
enfoca, ya que es el enfoque el que define la posibilidad de introducir formas
alternativas de comprenderlos. Esta diferenciación es, tal vez, una de las limitaciones
silenciosas que tiene la apreciación estética, porque si no se logra
identificar la particularidad del enfoque se pierde la posibilidad de disfrutar
la riqueza semántica y el sobrecogimiento espiritual que pueda ofrecer la
expresión artística que se esté presenciando.
Desde esta perspectiva, la misión del arte no se limita a la presentación de un tema que genere inquietudes, sino a un particularísimo enfoque que convierte los encuentros comunes, que mantienen la vida en la reproducción de comportamientos, en sinergias vitales que introducen cambios en las comprensiones del mundo. Esta diferencia es importante porque cualquier tema es susceptible de ser abordado por las distintas formas de pensamiento, sea desde la economía, la pobreza, la salud, la geopolítica, la ruralidad, hasta la cibernética, el consumo y la biología. Ello implica que el arte sólo una de las posibilidades que tiene el ser humano para asir su experiencia en el mundo, pero una de las pocas que trae consigo un alcance espiritual.
Y es que dejar escapar la riqueza semántica y el sobrecogimiento espiritual por considerar suficiente la visión general e inmediata que puede representar el arte es lo mismo que detenerse en la apariencia inmediata que tiene una rosa cuando es ofrecida como símbolo de amor. Los pétalos con su imagen de sutileza se muestran como ternura, caricias y delicadeza, y ¿qué sucede con quienes sufren alergias? Pero cuando este símbolo es aceptado se descubre, generalmente con dolor, que hay espinas que los acompañan, de modo que la rosa nos indica que el amor se parece al antagonismo entre la belleza de los pétalos y el dolor de las espinas, pero ¿qué ofrecen el cáliz, el estambre y los pistilos en este simbolismo? Si bien los pétalos atraen sus amantes-polinizadores, el ciclo del amor romántico se completa cuando el estambre y sus pistilos ejecutan su función, es decir, ofrecer la oportunidad de una renovación vital. No obstante, esta versión ¿qué nos dice del amor maternal, paternal y fraternal? De eso se trata el enfoque artístico y estético, de desplegar sutilezas que para la observación inmediata son invisibles, pero que una mirada anhelante de sobrecogimiento aspira a encontrar.
Esta mirada anhelante es importante en la vida de toda
persona porque es la única que es capaz de penetrar en la materialidad de la
realidad percibida e identificar las distintas fuerzas que la tensionan, ya que tales fuerzas muestran variaciones según quien las perciba. Esto supone que este tipo de mirada toma consciencia de tales variaciones, afectado las emociones y desconcertando las rutinas, obligando a descubrir significados estimulantes,
enriquecedores y potencialmente transformadores. Es esa mirada anhelante que,
aunque imbuida totalmente en el presente, introduce en la energía psíquica que
mantienen activa las vidas humanas, variaciones sutiles en los diversos caminos
que se abren hacia el futuro. Es aquella que la filosofía describe como un tipo
de estética que reconoce que lo bello no se reduce a una mezquina, sintética o reiterada
forma de expresión, sino a aquella que mientras observa identifica las fuerzas
que mueven y transforman las emociones y los significados, haciendo palpables
los estímulos que impulsan y sostienen el mundo íntimo. En últimas, cuando hacemos referencia a una mirada anhelante implica la observación del mundo íntimo.
Esa búsqueda de lo bello en lo íntimo es aquella estética que ofrece filtros para detectar, en los lugares que
generan comportamientos automáticos, vitalidades que no son
perceptibles por los sentidos, sino que simplemente se experimentan cuando el
arte las hace notar. En tal sentido, cuando se trasciende la apariencia inmediata
y se reconoce en ella una síntesis limitada y algunas veces precaria se abren
pequeñas hendiduras en las rutinas del pensamiento que conducen al alma humana
a un laberinto espiritual que individualiza las complejidades que se deberán
transitar. Laberintos que ayudan a huir de la apariencia inmediata porque terminan
convirtiéndose en umbrales cognitivos que tienen el potencial de sustraer bellezas inesperadas.
Según lo anterior, el sobrecogimiento en el arte supone transitar y experimentar la riqueza semántica y espiritual en la brecha que surge en la tensión entre lo ideal y lo real, entre lo buscado y lo encontrado para configurar bellezas inesperadas, al tiempo que se obliga al lenguaje a crear giros para explicar la sensibilidad que se escapa a los sentidos. Por consiguiente, el sobrecogimiento en el arte impulsa el enfoque artístico y estético a configurar y apreciar las obras con una mirada anhelante del espíritu que aspira a lo divino, mientras que exige al lenguaje las palabras adecuadas para conmpartir esas riquezas con nuestros semejantes.
El arte es muy difícil definirlo, es mejor disfrutarlo y vivirlo, sino no fuera arte.
ResponderBorrarSaludes Maestro Bolaños, siempre en sus bellos escritos.
Hernando Zambrano
El sobrecogimiento en el arte sin duda alguna es el desafío que tenemos los artista tanto en la obra como la misma interpretación. Sin embargo, es maravilloso poder crear una retórica propia con ese desafio de ser interpretada de la misma manera por quien observa o se deleita de un trabajo artístico. De igual forma, una obra también puede generar debate y esto aún es más llamativo, porque quiere decir que no pasa desapercibida. Todo en el arte es relativo, pero generar emociones, ya nos hace ganadores y a eso le aportamos, aquellos artistas que queremos dejar un legado y un aprendizaje de cada pieza tanto digital como física.
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