sábado, 14 de marzo de 2020

LA MAGIA DEL RETRATO

Por: Elkin Bolaño Vásquez
Coordinador educativo
Fundación BAT

Un ejemplo imprescindible para analizar la relación entre el arte y la realidad es el esfuerzo que hace un pintor retratista cuando se enfrenta directamente a su modelo, pues su virtuosismo se valorará de acuerdo al parecido que logre sobre el lienzo. Este fue el reto al que se expusieron los artistas Alexander Prada y Andrés Alarcón con la actriz María del Rosario Barreto, quien como modelo hizo parte de la demostración del talento de estos pintores para captar no solo su apariencia física, sino también su estado de ánimo. El taller de retrato en vivo fue realizado el 12 de marzo en el marco de la exposición Resistentes y peregrinos en la sede Candelaria de la Universidad de La Salle[1].


Las personas están acostumbradas a valorar los resultados finales de todos los productos que se intercambian en la sociedad, desde los zapatos y los aviones hasta la música y el arte, descuidando uno de los bienes más preciosos de la vida, el proceso. Son muy pocas las personas que se esmeran por identificar o entender cuál ha sido el proceso para lograr algún resultado que inspire admiración y de esto no se ha escapado el arte. Comparar la demostración de cómo se pinta un retrato con una modelo en vivo con algo mágico, no es una pretensión de sobrevalorar la actividad, pues el cerebro tiene en su dotación biológica elementos que permiten que la observación de este tipo de proceso se sienta mágico.

Lo primero es la conexión emocional y de confianza que debe trasmitir el pintor a su modelo, pues ella no sólo permanecerá inmóvil el tiempo que sea necesario, sino que entre sus pensamientos deambulará la idea de que el resultado podría ser incómodo para su autoestima. Mientras que el retratista conversa para establecer dicha conexión también analiza pausadamente todos sus gestos y facciones, y con algunas técnicas de iluminación destacará lo que desea resaltar en el retrato. La modelo no sabe que es lo que el artista busca en ella por eso es necesario que confíe. En adelante en trabajo de retratar es enfrentarse al lienzo y el primer trazo indicará la seguridad del artista para realizar la tarea.

Después de varias pinceladas la magia comienza a materializarse y esto se debe no sólo al virtuosismo del pintor, sino a la sobreestimulación que experimenta el cerebro al ver un rostro, pues se presenta como una imagen enigmática que necesita ser descubierta. Esta reacción del cerebro hace parte del proceso de evolución del ser humano para la adaptación y la supervivencia. Detectar las interacciones que pueden aparecer y desaparecer, en pocos segundos, entre los 43 músculos de la cara es de vital importancia para reconocer las emociones y facilitar o limitar los vínculos sociales, debido a que en las relaciones interpersonales lo que predomina es el lenguaje no-verbal, el lenguaje del cuerpo.

Algo más atrayente para considerar esta actividad como algo mágico es cuando aparece la mirada en el lienzo y se reconoce alguna emoción, pues aun cuando racionalmente se entiende que es una pintura el cerebro, en su proceso sináptico, no hace esa diferenciación y con la intervención de las neuronas espejo el espectador puede sentir empatía por el estado emocional que se observa en el retrato.

Otro resultado no previsto en esta demostración de talento artístico, es que el Hall de Exposiciones Hno. Cedric Bejamin de la Universidad de La Salle se llenó de un aura mística que llamó la atención de más 120 personas entre estudiantes y funcionarios que contemplaron con admiración este encuentro. Sin lugar a dudas fue un momento mágico el que ofrecieron los artistas Prada y Alarcón al extraer del lienzo vacío retratos admirables.

Para una ampliación sobre el retrato consultar:




[1] Esta exposición es una pequeña muestra del VI Salón BAT de arte popular https://forobatartepopular.blogspot.com/2020/02/el-salon-bat-en-la-salle.html

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