Coordinador Salón BAT de arte popular
El reconocimiento no surge de
mera aprobación de lo ignorado, su demanda depende de la confluencia,
aceptación y comprensión de muchos puntos de vista. El reconocimiento no es el
resultado de una norma jurídica, tampoco es la lucha inagotable de algún grupo
social, mucho menos la conclusión irreversible que se encuentra en el
transcurso de los tiempos. Es, más bien, la articulación de decisiones
políticas con los intereses de las dinámicas sociales lo que hace que el comportamiento de la
vida diaria sea la expresión efectiva de la cohesión y el reconocimiento de cada comunidad con sus particularidades.
Por su parte, la legitimación
supone la inclinación de la voluntad general hacia la aceptación de comportamientos
considerados naturales. Su validez se logra cuando el convencimiento del público
encuentra reflejo de sus propios intereses e inquietudes en las dinámicas de la
sociedad. Esta energía consensual, motiva significados y valores que son
tenidos en cuenta no sólo por la población en general, sino que también son
observados por el sistema político y legal, además de ser analizados por
comunidades de expertos que explican las influencias de los discursos que
genera.
Muchos de los intereses
comunes devienen de las apuestas de proyección y difusión que guían los proyectos
educativos y culturales. La
manera como experimentan las comunidades populares las actividades programadas
por las instituciones culturales, provoca condicionamientos y supuestos que
levantan barreras y restringen cualquier asomo de empatía. Esta situación es el
mayor obstáculo que se debe superar para la creación de nuevos públicos y la
ampliación de la cobertura socio-cultural, la cual es un proceso de
reconocimiento y legitimación del saber artístico popular. Para esto, es
menester reescribir con urgencia los significados de los valores elitistas que
proyectan estas entidades.
Esta apuesta consiste en tomar al público como un
componente activo que plantea exigencias al mundo del arte. No es sólo la
aparición de obras de arte y sus posibles formas de exhibirlo, sino también sus
potenciales espectadores. Estos al revelar contribuciones más coherentes y conscientes
hacia el arte, que están al margen de explicaciones eruditas, esbozan paralelos
entre las realidades sentidas, pensadas e imaginadas, lo que reconfigura el
coeficiente social como expresión legítima del pensamiento.
Según Jesús Martín-Barbero, la
importancia de la cultura popular no depende solamente de la mixtura de colores
y texturas que caracterizan las artesanías, ni la espontaneidad con la que
integra lo foráneo con lo autóctono, su trascendencia es que atraviesa,
influye y renueva los significados de la realidad de las mayorías demográficas.
Su volumen de representatividad es el trasfondo que obliga al trabajo constante
de los legisladores para vislumbrar algún tipo de orden que pueda contener la
energía potencial de la cultura popular.
De esta manera, el arte popular al ser
tenido en cuenta en la programación de los museos y centros culturales del país,
legítima las capacidades creativas y analíticas que se expresan en las obras
realizadas por los artistas autodidactas, dando un espaldarazo a los
imaginarios que enarbolan el sentido de pertenencia en las comunidades. El arte
popular es una clave de lectura que ayuda a descubrir vínculos e influencias
entre nuestras formas de vivir con los valores y virtudes propios de la
identidad colombiana.
El reconocimiento y la legitimación conviven como una colcha de retazos que
cubre un amplio espectro de luchas, dignidades y voluntades que complementan
intenciones personales con intereses comunes, para generar explicaciones y
justificaciones de vivencias reales que adolecen que comprensiones claras. Con
todo, la cultura popular es la garante y la trasmisora de la identidad de un país,
no como un proyecto a seguir, sino como una fuerza vital.
¿QUÉ NECESITA LA CULTURA
POPULAR PARA SER TENIDA EN CUENTA POR LOS PROYECTOS EDUCATIVOS Y CULTURALES DEL
PAÍS?
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que se tenga encuenta en el plan decenal de educacion
ResponderBorrarexcelente enfoque, creo que el mismo circulo que envuelve el concepto y pensamiento sobre el arte popular, debe ser abierto, de tal forma que se convierta en algo más competitivo, no sectorizado, es como decir que ""si la montaña no viene ami yo voy a la montaña"; podría decir también que bajar la escala para que desde sus núcleos comunitarios y territoriales llegar a los sitios centralizados; así existirá una especie de permeabilidad, donde sin darnos cuenta se dé su reconocimiento ya que su legitimación esta dada.
ResponderBorraren las convocatorias se puede intentar, plantear ser vista y tenida en cuanta como una modalidad más de expresión con inclusión donde no se diferencia el profesional académico con el empírico ,como se ve en las manifestaciones tradicionales de las artes plásticas y visuales, por ejemplo: convocatoria para artistas plásticos, visuales, grabadores, dibujantes, arte sonoro, conceptual, pintura, instalaciones, arte popular, ect.
la cual debe nacer por exigencia desde las instituciones publicas y privadas.
Comentario de Esteban Flórez:
ResponderBorrarTENER MAS APOYO DEL ESTADO Y DAR UN VISTAZO A LAS ZONAS MARGINADAS SI TRABAJAN MAS DE LA MANO EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y EL DE CULTURA EN LA BÚSQUEDA DE NUEVOS TALENTOS ESPECIALMENTE EN LOS NIÑOS.
LA VIDA ME ENSEÑO QUE LA CURIOSIDAD HAY QUE ESTIMULARLA PARA APOYAR LA CREATIVIDAD ; PUES ESTA EN SALA DE URGENCIA¡¡¡¡¡ DEL SER HUMANO DE HOY DIA,
PIENSO QUE LA TECNOLOGÍA DEBE IR A LA PAR DE LAS MANUALIDADES Y QUE ESTA NO NO SOLO SEA PARA PERSONAS E INSTITUCIONES PRIVILEGIADAS PUES ES UN DERECHO PARA TODAS LAS CLASES SOCIALES Y PARA TODO SER HUMANO,
MIL BENDICIONES PARA TODOS UDS QUE TRABAJAN POR EL ARTE POPULAR.
Estoy ubicando a la artista caleña,Gloria Amparo Morales,quien participó en el Salón de Cali y de Cartagena en la Cooperación Española.
ResponderBorrarMe llamo Fernando Beltrán Suárez.
Correo:potrotigre@yahoo.com
Celular: 3205727378