Coordinador Salón de arte popular
Tanto el arte como la ciencia son métodos
exploratorios que buscan pistas sobre la trascendencia. Cada uno activa aspectos
esenciales del cerebro. Mientras el arte proyecta sus configuraciones al
comando de las emociones, la ciencia escudriña detrás de las apariencias, para
exigir al cerebro pensante, leyes que expliquen todo. Con la puesta en práctica
de estos saberes la humanidad se dispuso a fecundar respuestas, formulas y
formas de belleza que ayudan a las personas a descubrir un más allá de la vida cotidiana.
Pero, a pesar de sus intenciones bondadosas,
tanto el arte como la ciencia padecieron trastornos y transformaciones para rectificar
sus respectivos caminos. Las ciencias clásica, alquímica, moderna y cuántica
estuvieron acompañadas de los artes clásico, medieval, moderno y contemporáneo.
Los pensamientos que desembocaron en teorías, también confluyeron en obras que
configuraron emociones, o en caso contrario, los nuevos significados atribuidos
a los sentimientos estimulados por el arte, develan conocimientos que buscan
corregir las limitaciones de las formulas exactas. Entre uno y otro
procedimiento, las conclusiones apuntan a que el ser humano cambia
permanentemente la forma de contemplar, explicar y comprender la realidad.
El científico entiende la naturaleza como una
materialización evolutiva que orquesta todo lo existente. Entre tanto, el
artista comprende que la realidad no se limita a lo que está fuera, sino que la
naturaleza también está constituida por las pasiones y los pensamientos que se
tienen de ella. Para el artista, la realidad es un fenómeno que se complementa
con los significados que elabora la consciencia humana.
En este contexto, es importante mencionar
los descubrimientos de la neurociencia en relación con el arte y la ciencia.
Tal como lo demuestra el neurocientífico Semir Zeky, el cerebro visual
desarrolla un sistema perceptual que crea esquemas para dar coherencia a los
estímulos que se recogen del mundo exterior. Ello quiere decir, que tanto los sentimientos
como los conocimientos son procesos cognoscitivos que dependen de la elaboración
de modelos que se alimentan de la realidad. En consecuencia, todo cambio
perceptivo es una transformación que sucede a nivel psicológico y semántico. En
otras palabras, el arte y la ciencia nos preparan y entregan nuevos
significados de los inevitables cambios sociales, para adaptarnos
satisfactoriamente.
Sin embargo, no todas las transformaciones
son positivas. Según Zeky, así como la evolución del cerebro es la responsable
de los esplendores más reputados de la humanidad, también ha sido el detonante
de las mayores miserias. Así como el cerebro tiene la capacidad de procesar
descubrimientos asombrosos, también es fecundo en la creación de miedos y
aberraciones autodestructivas. En este mismo sentido, Rodolfo Llinás sostiene
que, cuando el cerebro se entrena lo suficiente como para resolver algunos problemas,
al mismo tiempo crea otros. Integrar cada novedad, a las reglas que guían las
costumbres, es poner en tela de juicio las creencias más arraigadas, y su
aceptación depende de los resultados de las batallas que se combaten en el
orden psicológico y cognitivo.
En suma, la consciencia estética depende de
los grados de confluencia entre los saberes del arte y de la ciencia. Cada
emoción y conocimiento define lo que somos porque en ellos está contenido todo
lo relacionado con el placer, la aprobación y el deleite de ejecutar procesos
analíticos, reflexivos y deliberativos con los cuales producimos un sentido de
realidad que se adecué a cada uno de nuestros intereses e intenciones.
Si bien la consciencia estética se
constituye y alcanza su refinamiento con la educación emocional y con la
acumulación de conocimientos, ella sólo actúa en el presente, pues su vitalidad se dictamina en la correlación
eficiente con las contingencias del eterno ahora. Como conclusión, el neurólogo
Donald Calne afirma lo siguiente: La diferencia esencial entre la razón y la
emoción, es que la emoción conduce a la acción, mientras que la razón lleva a
conclusiones. En otras palabras, el placer se esmera por el gusto mientras
la razón justifica su disgusto.
¿NOTAS QUE TU CONCIENCIA ESTÉTICA ES UN SISTEMA QUE TE
HACE APRECIAR EL MUNDO DE UNA MANERA ÚNICA Y PARTICULAR?
¡¡CUÉNTANOS TUS EXPERIENCIAS!!