Coordinador
Salón de arte popular
Demostrar la importancia
de la cultura popular para fortalecer la empatía social entre los colombianos,
es el eje trasversal por donde se mueven los contenidos y las indagaciones del
arte popular. En este sentido, los saberes generados por los artistas empíricos
se convierten en alternativas que independizan aquellas técnicas artísticas que fueron absorbidas por las fiestas
populares, la música y las artesanías. Formas de expresión que graban sucesos
históricos en tallas en piedra o madera, trasmiten sentimientos e ideas por
medio de cerámicas y fotografías, conmemoran tradiciones con el uso del tamo o
la pintura. Los procedimientos y materiales aprovechados por los artistas
empíricos se alzan frente a las exigencias de la escena artística nacional y se
cristalizan como saberes que encausan habilidades y conocimientos que estaban
ignorados.
Si
bien las tradiciones de los pueblos constituyen una diferenciación entre los
intereses de lo rural y las preferencias de lo urbano, fue a partir del
equipamiento cultural de las ciudades donde se comenzó a valorar las
expresiones artísticas como elementos que permiten el desarrollo integral,
tanto el del ser humano como el de las comunidades. Sin embargo, el desarrollo
humano a partir de las condiciones rurales apela a otro tipo de instancias que
están por fuera de la infraestructura cultural. Aunque, no en vano, la gestión
cultural tiene una fuente primordial en el sistema educativo, en tanto
trasmisor de conocimientos y tradiciones, no hay que descuidar que los saberes
propios de los hábitos de la vida diaria sólo se conservan por la vivencia
misma, es decir, tales conocimientos se entretejen, acumulan y resguardan por
la actuación misma de la sociedad. En este sentido, una de las acciones
colectivas de mayor cohesión es la fiesta patronal, que conmemora el santo que
resguarda al pueblo y que despliega las bondades de las normas
consuetudinarias.
En
el intercambio vivencial de los habitantes del campo y de la ciudad se
confabulan una serie de influencias que desarraigan lo propio para dar paso a
lo foráneo. En este sentido, las tradiciones autóctonas sufren con la fiebre de las modas
internacionales, la masificación de estándares de belleza, de lo bueno y lo
correcto elimina las preferencias y aspiraciones de cada comunidad, las
necesidades de las grandes urbes se imponen a las gentes de los pueblos, la
tergiversación de los conceptos de identidad y tradición es contrapuesta a la
innovación y a la internacionalización para consolidar una relación jerárquica
entre los conocimientos innovadores y los saberes tradicionales. Todo esto
gracias a la globalización económica que se concentró en el mundo citadino y
que relegó al mundo rural a lo subalterno.
Frente a estos embates, en el recorrido de la ruta
de lo popular, las expresiones artísticas han tomado consciencia sobre la
importancia de mirar hacia dentro, pero sin perder de vista los dominios
externos. Lo popular aglutina por fuera de un orden programático que
estandariza las diferencias para reducir los esfuerzos de explicación y
comprensión. El aporte vivencial de lo popular, desborda en experiencias que
alimentan las condiciones sociales, no por la repetición de la rutina, sino por
las contingencias que apuran en la búsqueda de soluciones.
En la ruta de lo popular y el arte que en este
camino se desarrolla, se formaliza un saber hacer que intenta adaptar el
patrimonio construido desde la cotidianidad y la tradición, a las exigencias
del mundo actual, para buscar nuevos significados que generen sentido de
pertenencia dentro de los diferentes actores sociales. En este sentido, el diálogo es el engranaje
democratizador de los valores estéticos populares, flexibilizando su
articulación con las necesidades del acervo emocional y vivencial hacia la
convivencia pacífica, es decir, el arte popular desarrolla un alfabeto
conceptual dinámico que trasciende las tendencias urbanas y globales para
alimentar la rutina con nuevas perspectivas de aprehensión de la realidad. Con
todo esto se despliega el mestizaje y la diversidad que habla de la riqueza
cultural de Colombia, que inicia en lo rural y se disfruta en la ciudad.
¿ENCUENTRAS
ALGUNA VINCULACIÓN ENTRE LO RURAL Y LO URBANO EN EL DESARROLLO DE LO POPULAR?
¡¡CUÉNTANOS
TUS APRECIACIONES!!